Los signos más comunes son: decaimiento, vómito, diarrea con o sin sangre, anorexia, deshidratación, fiebre, entre otros. Son signos muy inespecíficos por lo que se puede confundir con cualquier enfermedad gastrointestinal.
Todos los perros lo pueden padecer, sin embargo existen razas que son más propensas como el Doberman, Rottweiler, Labrador o Pit bull por mencionar algunos.
También, la edad es un factor de riesgo, como se mencionó anteriormente ocurre en cachorros (animales menores al año de edad), la edad más propensa es del mes a los 6 meses de edad, y sobre todo en animales que no tengan un buen plan de vacunación. El diagnóstico se basa en la historia del animal y en los signos clínicos descritos anteriormente, se debe descartar cualquier otra enfermedad similar. Los exámenes sanguíneos son recomendables (mínimo un hemograma), así como el test de inmunocromatografía para la detección del antígeno de parvovirus en muestra fecal. Este último es un test que puede realizarse en el consultorio del clínico y el resultado se puede dar en minutos.
Debido a que la enfermedad es de incubación rápida, cualquier mascota que se sospeche que puede tener el virus debe recibir atención veterinaria inmediata. Aquí los días y horas que pasan pueden ser críticos para salvar al animal. Por ser una enfermedad viral no tiene un tratamiento específico, así que el clínico deberá basarse en la sintomatología y contrarrestar todos sus efectos por ejemplo combatir la deshidratación reponiendo líquidos con suero intravenoso, así como utilizar medicamentos para controlar vomito, diarrea, infecciones, etc. Acá lo importante es mantener vivo al animal lo más que se pueda para que este pueda crear anticuerpos y atacar el virus por lo que también se utilizan inmunoestimulantes para levantarles las defensas. Si el animal se logra mantener vivo por unos 4 a 5 días hay esperanza de que logre salir adelante, durante este proceso el animal estará en una muy mala condición por lo que será incomodo para el propietario verlo en este estado. Luego de unos días el animal empezara a comer si se ha logrado controlar el vomito, lo ideal es que consuma una dieta especial gastrointestinal en pequeñas cantidades para que así el intestino vaya reparando y a la vez mejore la consistencia de las heces. Es importante recalcar que algunas veces a pesar que se haga el tratamiento el animal puede morir.
Para la prevención de esta enfermedad es importante que sepan que este virus puede persistir en el ambiente por meses, así que si en su casa hubo un caso de parvo no debe introducir a ningún animal cachorro durante un periodo prolongado. Además saber que hay perros adultos asintomáticos (sin síntomas) que pueden excretar el virus en sus heces y que esto usted lo puede transportar en ropa, zapatos u otros objetos. La higiene, limpieza y recolección de heces es muy importante.
La vacunación de los animales desde cachorro es primordial y debe ser realizada por un médico veterinario, el animal deberá estar muy bien desparasitado y sano para poderla realizar. Se debe empezar desde el mes y medio de edad. Durante el tiempo que dure el proceso de vacunación los cachorros no deben ser llevados a parques u otros lugares donde puedan estar en contacto con otros animales portadores de enfermedades, ya que se encuentra en mayor riesgo de enfermarse.
El pronóstico es reservado durante el proceso de enfermedad, pero si el animal logra recuperarse de la enteritis la inmunidad es duradera.
Doctora. Katherine Dotti Alvarado
Centro Médico Veterinario Luka Care For Pets
Teléfono y Atención de Emergencias: 2551-65-00 / 2551-44-62
EN ESTA SECCIÓN SE ABORDARÁ UNA ENFERMEDAD EN ESPECIAL CADA SEMANA DONDE SE GUÍA AL RADIO ESCUCHA EN SU CONOCIMIENTO
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